Tras dos años ausente por la pandemia, el Gran Premio de Singapur regresa para celebrar la ronda 17 de la presente temporada de F1 y el piloto del Oracle Red Bull Racing Honda y Telcel-Infinitum-Claro, Sergio Pérez, dirige sus baterías hacia el Circuito Callejero de Marina Bay.
Luego de la carrera pasada que se llevó a cabo en Monza, Italia, en la que el corredor mexicano tuvo mala fortuna desde el primer stint, que se comprometió con una bloqueada y tuvo que parar muy temprano, Sergio inmediatamente se puso a trabajar rumbo al GP de Singapur, tomando los mando del simulador y haciendo fuerte trabajo físico y psicológico.
De hecho, Checo contaba que su carrera en Italia “se vio comprometida bastante temprano cuando mi disco de freno delantero derecho se calentó mucho y básicamente estaba en llamas, así que tuvimos que tomar la decisión de parar en boxes. Eso afectó toda mi carrera”.
No obstante, el piloto mexicano remontó varias posiciones y pudo terminar sexto, para sumar valiosos puntos y llegar a las 210 unidades, colocado tercero del Mundial de Pilotos, a nueve de distancia de Charles Leclerc, quien está segundo con 219 puntos. Max Verstappen, el coequipero de Checo, lidera la tabla con 335.
Así que para este Gran Premio de Singapur, Checo va con toda la intención de lograr la mayor cantidad de puntos para pelear por esa segunda plaza en la tabla general del campeonato, en una pista donde su mejor resultado ha sido un quinto sitio, en el año 2017, bajo la férula de su antiguo equipo Sahara Force India F1 Team.
El circuito de Marina Bay de 5.063 kilómetros de largo y 23 curvas es uno de los más exigentes físicamente del calendario, su superficie de calle llena de baches junto con las condiciones húmedas les da a los conductores mucho en qué pensar, trabajando mucho alrededor de la vuelta de alta velocidad, en la que el estrés físico les hace perder hasta 3 kilos en el transcurso de una carrera.
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