Los Rams y los Bengals disputaron un partidazo en el Super Bowl LVI. Matthew Stafford y compañía cumplieron con el pronóstico para terminar ganando 23-20.
Las primeras dos ofensivas pasaron desapercibidas, pues lograron imponerse las defensas pero los Rams pegaron primero con un gran pase de Matthew Stafford de 17 yardas hacia el lado derecho, para que Odell Beckham Jr. lo atrapara en las diagonales.
La respuesta de los Bengals fue aún dentro del primer cuarto, con un gol de campo de Evan McPherson de 29 yardas.
Cooper Kupp no podía desaparecer en el partido más importante de la temporada para los Rams, por eso para el arranque del segundo cuarto, el receptor que maravilló la NFL, capturó un pase de 11 yardas dentro de las diagonales para poner 10 de ventaja, porque quisieron sorprender con una conversión de dos puntos que al final no resultó.
La historia se estaba escribiendo a favor de los Rams y el sueño de los Bengals, parecía que se iba a quedar en eso... en un sueño. Sin embargo, toda historia con un final feliz, tiene algo que la hace especial y Joe Mixon comenzó a escribirla. En una jugada sorpresa, el corredor se convirtió en quarterback y lanzó un pase de 6 yardas a Tee Higgins para poner a Cincinnati cerca en la pizarra.
Fue eso lo que cambió el panorama de los Bengals. Arrancó la segunda mitad, tras un show de medio tiempo que dividió opiniones y Burrow lanzó un bombazo de 75 yardas para Higgins con el que le dieron la vuelta al marcador. Ahora el sueño estaba más cerca que nunca.
Stafford quizo responder con un bombazo a las diagonales pero lo terminaron interceptando. Cincinnati extendió su ventaja con un gol de campo, mismo que respondieron los Rams y así el marcador se mantuvo en un 16-20 a favor de los Bengals.
Las alarmas se encendieron cuando Joe Burrow fue capturado pero la rodilla izquierda se le quedó trabada. Se levantó con dolor y salió cojeando pero es un guerrero, y difícilmente se iba a perder el partido más importante de su vida.
La serie ganadora fue muy atropellada. Cuando parecía que la defensa de los Bengals lograba detener, un castigo los puso en línea de gol y cuando habían anotado, un par de sanciones por equipo terminaron repitiendo la jugada. Al final, una recepción de Kupp les dio el título... tal y como lo soñó alguna vez, el pequeño Cooper.
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