En un duelo no apto para cardíacos, Puebla y Chivas dieron un verdadero espectáculo: jugaron un partidazo, empataron 2-2 con emociones hasta el final y el local terminó imponiéndose en penales por 6-5. El Rebaño tuvo para ganarlo, pero Antony Silva se puso el traje de superhéroe y Lucas Maia lo empató sobre el final para darle su tercera liguilla consecutiva a La Franja.
El partido arrancó caliente, con el tanto de Isaac Conejito Brizuela a los 6’, ante un estadio lleno y con afición dividida en la gradería. La alegría duró poco para los rojiblancos, porque Christian Tabó le puso justicia al desarrollo a los 20’, desde los once pasos. El primer tiempo terminó 1-1.
Para el segundo tiempo, los dos arqueros fueron figuras con tapadas excepcionales, pero el de Puebla terminó robándose todos los flashes. Alejandro Mayorga puso el 2-1 a los 62’ para el Rebaño, sin embargo y cuando todos en el Cuau ya se preparaban para el triunfo del visitante, apareció Lucas Maia a los 89’ y estampó el 2-2 definitivo para irnos a los penales.
Para no perder el ritmo del partido, la tanda de penaltis también tuvo sus emociones. De Buen metió el primero para el local, Antuna igualó las acciones, pero el Fideo Álvarez no pudo con Gudiño. Silva corrigió y tapó el remate de Cisneros, y ninguno de los dos volvió a fallar en la tanda de cinco.
En la muerte súbita, el capitán Javier Salas falló su disparo ante una buena atajada de Gudiño y la mesa estaba servida para Chivas. Sin embargo, Silva agigantó su figura y tapó el remate de César Huerta. Israel Reyes no falló, Antonio Briseño tampoco, Lucas Maia marcó el suyo y todo quedó en los pies de Antonio Mayorga. El que había puesto el 2-1 cayó ante la figura del partido y su disparo murió en las manos de Silva.
Después de un partido y una tanda de penales para el infarto, Puebla clasificó por tercera ocasión consecutiva a los Cuartos de Final. Aún no tiene rival definido, pero llegará con el ánimo por las nubes. Camotazo.
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