De manera un tanto deslucida, culminó una de las trilogías que tendrán un lugar en la historia del boxeo azteca. 36 rounds disputaron el Canelo Álvarez y Gennady Golovkin.
Los últimos 12 rounds momentos de intensidad del mexicano. Por su parte, el kazajo fue de poco a más, para darle mucho sabor a la contienda. El cloroformo no llegó, ni se vivió una guerra en el cuadrilátero.
La trilogía se inclinó para el Canelo Álvarez, quien se repuso de la dolorosa derrota ante Bivol. Una decisión unánime con tarjetas de 116-112, 115-113 y 115-113. Lo que significó para el Kazajo, el segundo descalabro de su carrera, ambas a manos de Santos Saúl
Desde el primer asalto el Canalo Álvarez salió más propositivo que su rival. El kazajo lució lento, tiró pocos golpes. La estrategia del mexicano fue tratar de dañar las zonas blandas para que el rival descuidara la guardia y conectar a la cabeza.
Lo cual le resulto, pues apenas en el segundo asalto, GGG ya lucía con la cara dañada. El mexicano fue al frente, haciendo que su oponente caminara hacia atrás. Señal de superioridad. Canelo estaba en busca de cumplir su palabra, noquearlo.
El último asalto fue especial. Además de la intensidad, dejó una de las postales que se repetirá de generación en generación, un abrazo de respeto entre el 'Canelo' y 'GGG'. La batalla que tuvo un odio personal y deportivo.
“Gracias por que le dimos a la gente tres grandes peleas. Gracias Golovkin, gracias por todo. He pasado momentos difíciles en mi vida y hay que seguir adelante, las derrotas son buenas”, dijo con respeto el ganador de la pelea.
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