Por: Víctor Antonio García Soto
¿Hace cuanto tiempo no cantamos un cielito lindo con tanta pasión?, ¿Cuántos días hemos tenido guardado en nuestro pecho el grito de un Gol eufórico que no podemos sacar? La selección nacional está por terminar su periodo de preparación para el mundial de Qatar, un mundial que parece diferente a los demás. Más que emocionar a unos tantos, somos muchos los que ya no anhelamos un quinto… sino al menos un cuarto partido.
El TRI pasa por un momento complicado, no tenemos gol, no existe un delantero letal que resuelva los partidos. Otra vez tenemos polémica con jugadores naturalizados que visten nuestra camiseta y que no conectan con la afición, como en su momento lo fueron Rubens Sambueza o Matias Vuoso y por si fuera poco Javier Hernández está rompiendo las redes en la MLS y Giménez enamora cada vez más en la liga holandesa con su futbol y ninguno de ellos parecen que vestirán la camiseta en este mundial.
Hay un dicho muy famoso que usamos todos en nuestro día a día que dice más o menos así:
“La esperanza es lo último que muere”
Pero, ¿qué sucede cuando nos están matando la esperanza? hacia lo deportivo, la selección mexicana viene contando esta historia desde hace muchos años atrás, pero para no extendernos tanto, vayamos hacia Brasil 2014; donde estuvimos a punto de no asistir a un mundial. Raúl Jiménez y la magia de una chilena nos hizo olvidar casi la eliminación del TRI, sólo nos quedaba ganar un partido ante Costa Rica para clasificar sin ninguna preocupación.
Partido el cual se pierde por un marcador de 2-1 pero al final la selección de Estados Unidos nos regresa la ilusión al clasificarnos al repechaje, una esperanza que nos llevó a soñar en el quinto partido y que nos arrebataba el famosísimo “no era penal” contra la otrora Holanda.
Las eliminatorias de Rusia 2018 nos dejaban con incertidumbre, las famosas rotaciones y ‘plumita azul’ de Osorio no nos dejaban un buen sabor de boca tras la etapa de clasificación en 2017.
Nuestra gran preocupación caía en ganarle a una poderosa Alemania que parecía invencible y que, ante todo pronóstico, México se le plantó y se le ganó en la primera ronda tras la etapa de grupos. Nuestra esperanza volvía más fuerte que nunca, aunque Brasil nos volvía a quitar la ilusión sin poder avanzar de nueva cuenta al tan anhelado quinto partido.
Ahora estamos ante una nueva etapa mundialista la única diferencia a las demás, es que no tenemos esa esperanza que caracteriza a la selección mexicana, no hay goles espectaculares o un delantero fijo, y mientras nuestro máximo goleador anota en un partido de la MLS, el equipo mexicano sufre a unos kilómetros de distancia frente a un amistoso contra Perú.
En este proceso el TRI está perdiendo dentro y fuera de la cancha, desde la eliminación de la selección sub 20 a las próximas olimpiadas de parís 2024, Raúl Jiménez no se encuentra ni a un centímetro de su máximo nivel y posiblemente quede fuera de Qatar por una lesión.
Incluso, decisiones externas como el cambio de escudo de la selección y el aumento de precio de la playera de la selección han sido goles en contra para tener esta esperanza que caracterizaba a otras versiones del equipo Tricolor.
El equipo a vencer en esta etapa de grupos es Argentina, un villano histórico más no algo nuevo para el Tri, pues en 2010 México le ganaba a Francia quienes pasaban por un grave problema de vestidor. En 2014 el TRI empataba sin goles al anfitrión Brasil, equipo que sería ridiculizado por Alemania más adelante en el torneo.
Cuatro años después, México le ganaría a esa poderosa Alemania, que después nos demostraría no ser tan poderosa realmente. Hoy nos toca Argentina, Polonia y Arabia Saudita, veamos dónde se encuentra esa esperanza, en qué partido nos devuelven esa pasión y esa emoción que tanto nos hacía sentir el equipo mexicano, en que minuto cae ese gol fantástico y de fantasía que nos haga gritar hasta perder el aliento. Veamos cuánto tarda en suceder ese momento tan maravilloso que nos haga entonar esa melodía que tanto nos caracteriza, porque cantando se alegran cielito lindo, los corazones.
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