Al igual que hace 22 años, el Real Madrid alzó la UEFA Champions League en París. La gran actuación de Courtois fue determinante en la final del Stade de France para vencer al Liverpool 0-1.
Ambos conjuntos saltaron al césped buscando dejar su sello desde los primeros compases, y el que mejor se acopló en el inicio del duelo fue el Liverpool. Suyas fueron las mejores ocasiones, en las botas de Mohamed Salah y Sadio Mané, pero ambos vieron como las grandes intervenciones de Thibaut Courtois dilapidaron las opciones de adelantar a los suyos en el marcador.
El Real Madrid tuvo un ritmo lento, pero poco a poco fue haciéndose con un mejor manejo del balón. La consigna era clara por parte de los de Carlo Ancelotti: buscar a la sociedad formada por Vinícius y Benzema. El brasileño enmudecía al estadio con cada toque, ya que cuando tiene el balón se sospecha que algo puede pasar, para unos bien y no tan bien para otros. Al final del primer acto fue Benzema el que tuvo la ocasión clara del Real Madrid, aunque su gol finalmente no subió al marcador por fuera de juego.
El paso por vestuarios no cambió la dinámica del partido y fue el Liverpool el que empezó con mayor ahínco. Sin embargo, Vinícius tenía otro planes cuando mandó al fondo de la red un paso de Valverde en la primera ocasión clara del cuadro blanco en el segundo acto. Courtois, en el 61' volvió a hacer gala de su repertorio de paradas ante un buen remate de Salah, que fue de los más activos.
El meta belga tuvo una noche para el recuerdo en París, apareciendo una y otra vez ante las embestidas del Liverpool. Tuvo paradas de todo tipo y mantuvo a los suyos con la ventaja en el marcador a pesar de que Mohamed Salah lo intentó de todas las formas posibles. Al final, el equipo blanco volvió a firmar una noche histórica en París alzando el trofeo más importante de clubes con una plantilla llena de experiencia y juventud.
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