Noches mágicas de liguilla en el Jalisco, que se ha convertido en la fortaleza del campeón reinante de la Liga MX. Un partido contundente, donde los rojinegros prácticamente finiquitaron la serie semifinal al golear 3-0 a unos tristes Tigres, que encontraron en San Camilo, una muralla impenetrable.
El cuadro de Diego Cocca le dio una clase en vivo de la intensidad y la manera en la que debe jugarse una Semifinal. Porque borró de la cancha al conjunto felino. Gignac y compañía no aprovecharon las pocas ocasiones que tuvieron sobre el cierre y el panorama luce casi imposible para la Vuelta. Julio Furch, Luis Reyes y Julián Quiñones los autores de los goles tapatíos.
Como la mejor versión de Atlas, saltaron los rojinegros a encarar a un rival peligroso, como lo es tigres, con elementos muy peligrosos al ataque, pero unos Zorros compactos, con jugadores que tienen la confianza por los cielos y capaces de hacerte pasar una mala noche. Rocha, Quiñones, Chalá, fueron figuras y dejó la balanza a su favor para la revancha.
Ante un Estadio Jalisco que no estuvo lleno, pero que sí fue determinante en cuanto al apoyo y localía, Chalá se escapó en una de las tantas carreras que le ganó a Dueñas y quedó solo mano a mano con Nahuel Guzmán. El arquero lo bajó dentro del área y el árbitro no dudó en cobrar penal, a los 37’.
Julio Furch se hizo cargo de ese tiro y marcó el 1-0, después de un show del Patón que sirvió de poco. A los 39’, los rojinegros justificaron la superioridad en el marcador.
Al inicio del segundo tiempo y tras una gran jugada colectiva que inició Julián Quiñones, Furch tocó para Luis Reyes y el Hueso castigó para el 2-0 a favor del local.
Pero le faltaba la cereza a semejante postre, y el mejor de la cancha tuvo su premio. Con un golazo, Quiñones liquidó el encuentro y puso el 3-0 a los 90’. El Jalisco fue un delirio.
Tigres fue bailado, superado y borrado de la cancha por un Atlas que metió un pie y medio en una nueva Final.
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